8 DE DICIEMBRE, 2020_BODEGA

Nuestro tercer experimento con las burbujas sigue adelante y promete, aunque se le vea cierto peligro. El vino lleva poco más de un mes encerrado en la botella y parece pronto para probarlo, pero teníamos curiosidad por catar lo que sucedía ahí dentro y hemos degollado un par de botellas. Todavía no ha terminado de decantar y los residuos no se compactan lo suficiente como para lograr un caldo limpio mediante el degüelle manual, pero la burbuja y el sabor son muy agradables, y las sensaciones se acercan más a las de un cava de doble fermentación que nuestro anterior experimento. El color aun no está definido del todo, pero no creemos que se aleje mucho del que tiene ahora.

El ojogallo de esta añada, el que solemos probar a estas alturas del otoño en nuestro particular tastavín, tiene menos color que los anteriores, aunque haya permanecido el mismo tiempo en contacto con los hollejos. La madurez de las uvas era distinta y parece más adecuada para el rosado.