El rosado terminó de fermentar hace dos días y lo hemos enfriado para que precipite las lías gruesas, trasegándolo hoy para librarlo de ellas. Al trasluz todavía se ve turbio, jaro que se dice aquí, pero es muy agradable en nariz y en boca; no ha tenido tiempo de oxidarse y despliega una gran cantidad de matices.
Este año los depósitos de tinto han concluido sin problemas la fermentación alcohólica. Ahora dejaremos que los caldos maceren con los hollejos durante unos días para extraer mayor cantidad de polifenoles.